
Sudán entre la tierra dorada y la sangre del desierto
Crónica y análisis de un país, atrapado entre recursos, heridas, y el silencio internacional (2025)
I. Ecos de una guerra… nunca cesó
Jartum, abril de 2025
A la orilla del Nilo Azul, el aire está lleno de polvo, petróleo y miedo. Los disparos retumban allá lejos, a pesar de que nadie alza la mirada. En las calles, los niños corren, descalzos, entre escombros y columnas de humo, parecen que no van a acabar jamás. Ya los cuervos distinguen el sonido de un dron del de un helicóptero MiG.
Sudán, hoy, es el corazón de una de las crisis humanitarias más serias del mundo. Desde abril de 2023, el choque entre el Ejército de Sudán (SAF) al mando de Abdel Fattah al-Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), guiadas por Mohamed Hamdan Dagalo “Hemedti”, han llevado al país a un conflicto de extrema crueldad.
Pero la guerra en realidad no empezó en 2023. Sólo, pues, cambió de sitio.
La llaga abierta, desde los noventa, cuando el gobierno de Omar al-Bashir avivó tensiones étnicas y religiosas, compartió el poder entre familias militares y secretamente negocio los recursos nacionales. Desde entonces, cada intento de paz ha parecido un curita sobre una fractura que sanó mal.
II. Orígenes: de la colonización a la fragmentación
Para entender el caos presente, debemos mirar atrás, mucho más lejos.
El Sudán contemporáneo emergió como un mosaico de culturas: árabes, nubios, fur, masalit, zaghawa, beja, y muchos más. El diseño fronterizo, bajo el gobierno anglo-egipcio (1899–1956), fue un legado colonial mal resuelto unió áreas musulmanas del norte con comunidades cristianas y animistas del sur.
Luego de la independencia, en 1956, las élites árabes del norte concentraron el poder político y económico, sí. El sur, ignorado y cristiano, se levantó. Arrancaron dos guerras civiles (1955–1972 y 1983–2005) que causaron más de dos millones de víctimas. El Acuerdo de Paz de Naivasha (2005) puso fin al segundo conflicto y derivó, tiempo después, en el nacimiento de Sudán del Sur (2011).
En cambio, en el norte, cicatrices aún sangraban Darfur, los Montes Nuba, Kordofán del Sur y también el Nilo Azul permanecieron abiertos.
En esas tierras, las comunidades africanas musulmanas que NO son árabes, como Masalit, Fur y Zaghawa, clamaban por discriminación, saqueos, además de los bombardeos perpetrados por el régimen central. De semejante sufrimiento surgieron las bases del conflicto en curso.
III. La guerra nueva: ejército vs. milicias
En abril de 2023, tras mucha tensión, explotó la lucha entre el Ejército y las RSF, una fuerza paramilitar que al principio al-Bashir formó, para afrontar las rebeliones en Darfur. Las RSF, continuadoras de las peligrosas milicias Janjaweed, se convirtieron en un ejército en la sombra, directamente metidos en el negocio del oro. La riña entre al-Burhan y Hemedti, que se supone fueron socios en el golpe de Estado de 2021, mutó a un conflicto de ambiciones.
A día de hoy, dos años luego, el país está partido por la mitad.

El Ejército controla áreas del este y del norte.
Las RSF gobiernan gran parte del oeste y del centro, como Jartum y Darfur.
Resultado final:
Más de 14 millones de desplazados internos y refugiados según la ONU, claro, 2025. Alrededor de 12.000 muertos, pero las ONGs, creen que son mas de 100.
Víctimas indirectas cero.
Escuelas, hospitales, mercados totalmente devastados.
Casi una tercera parte de la gente enfrenta la hambruna, terrible situación.
Mientras, el país sangra, vecinos y potencias miran con interés sus minas, su estratégica posición, acceso al Rojo Mar.
IV. Recursos naturales el oro maldito.
Sudán, quizás rico, potencialmente. Tiene tierras fértiles, petróleo, gas, cobre, uranio, pero sobre todo, el oro.
Esa riqueza, ah, se convirtió en condena.
Informes de Chatham House (2024), African Development Bank (2025) calculan, estiman más del 40% exportación ilegal del país en oro, mucha es controlada por las RSF.
Rutas de contrabando desde Darfur hasta Chad y Libia, oro se cambia por armas.
El resto de recursos, como el petróleo y la agricultura, detenidos por los combates.
Tabla 1. Importancia económica de los principales recursos de Sudán (2025)
Recurso Importancia económica (%) Comentarios
Oro 40% Fuente principal financiación RSF.
Petróleo 20% Baja drástica tras la secesión de Sudán del Sur (2011).
Agricultura (sésamo algodón) 25% Es el sector tradicional de exportación, lamentablemente, sufrió mucho por la guerra.
Minerales (hierro fosfatos) 10% Con potencial aún sin explorar, debido a la falta de inversión.
Ganadería y pesca 5% Actividad local, en caída libre por los constantes desplazamientos.
(Fuentes African Development Bank Chatham House FAO 2024–2025)
La gráfica siguiente detalla la proporción aproximada de la economía sudanesa, por tipo de recurso:
Gráfica de pastel – Peso relativo de los recursos naturales (2025)
(Representada con los colores: dorado, azul, verde, ocre y violeta, por cada sección.)


El oro manda, impulsando la economía de grupos armados, así, cada milicia defiende sus minas con garras. La pelea por el suelo, realmente, es la guerra por el porvenir de la nación.
V Masacres y etnias perseguidas
Desde el año 2023, se han visto masacres sistemáticas en Darfur, el Nilo Azul y Kordofán.
Las víctimas, por lo general, son de grupos no árabes los Masalit, Fur, Zaghawa, Nuba y Beja.
Los reportes de la ONU e de Amnistía Internacional (2024–2025) relatan asesinatos, violaciones masivas y ejecuciones motivadas étnicamente.
En las aldeas de El Geneina, Darfur Occidental, las RSF y milicias aliadas devastaron comunidades enteras Masalit, dejando millares cuerpos sin sepultura. En Kordofán, los Nuba —muchos, cristianos— sufrieron bombardeos por el ejército regular. La violencia no respeta religión, no obstante, el fanatismo la exacerba.
A esa sombría relación, añadimos la población cristiana sudanesa, minoritaria sí, pero marginada desde tiempo atrás. Tras la independencia del Sudán del Sur, cristianos a montones quedaron atrapados en el norte, donde la ley islámica continua rigiendo. Desde 2023, comunidades enteras sufren desplazamientos por ataques indiscriminados de los dos bandos.
VI. Análisis técnico la distribución de las victimas y persecución étnico-religiosa 2023–2025
La siguiente gráfica 3D presenta una estimación visual las etnias y grupos religiosos más golpeados por la violencia reciente:
Gráfica 3D Etnias y grupos religiosos masacrados en Sudán 2023–2025

| Grupo |
Víctimas estimadas |
| Masalit |
45.000 |
| Fur |
30.000 |
| Zaghawa |
15.000 |
| Nuba |
8.000 |
| Beja |
5.000 |
| Cristianos sudaneses |
10.000 |
Fuentes ONU Human Rights Watch Amnistía Internacional estimaciones cruzadas 2023–2025.
Interpretación técnica:
Los Masalit sufren muchísimo, con la mayor cantidad de víctimas, sobre todo en Darfur Occidental. Atacados, vaya, con limpieza étnica como bandera.
Fur y Zaghawa, ah los pobres también, son acosados sistemáticamente por las milicias árabes, con lazos con las RSF, no es lindo eh?
Y los Nuba, y los cristianos sudaneses, uf, bombardeos en Kordofán, encima de todo con duras restricciones religiosas.
Los Beja, cerca del Mar Rojo, lo que más tienen es desplazamiento forzado, mas que masacres directas, y bueno, su exclusión económica viene desde hace siglos.
Conclusión del análisis técnico:
La raíz étnica y religiosa del conflicto, vaya, no puede separarse de la cuestión económica. Las zonas donde vive más gente no árabe o cristiana coinciden, casualmente, con las zonas auríferas más valiosas (Darfur, Kordofán, Nilo Azul).
Esto da a pensar que la violencia es de estructura, donde eliminar o sacar a las comunidades también es por la pelea por los recursos, uhm.
VII. Las potencias extranjeras: los hilos invisibles.
Detrás de cada bando se ocultan intereses externos.
Rusia, usando a los Wagner, ha tenido una presencia logística en minas de oro y tratos con las RSF incluso antes de este conflicto.
| País |
Interés principal |
Apoyo a |
| Egipto |
Seguridad fronteriza, control del Nilo |
Ejército sudanés (SAF) |
| Emiratos Árabes Unidos |
Oro y rutas comerciales hacia África Central |
RSF |
| Arabia Saudita |
Estabilidad del mar Rojo |
Intermediario |
| Rusia (Wagner) |
Minería de oro y acceso al mar Rojo |
RSF |
| China |
Inversiones agrícolas y en infraestructura |
Neutral cooperativo |
| EE. UU. |
Contención del extremismo y de Rusia |
Mediador, apoyo humanitario |
| Etiopía / Eritrea |
Seguridad fronteriza y rivalidades históricas |
Variable |
A Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita los han acusado de ayudar con exportaciones ilegales de oro.
Egipto apoya al ejército regular, cosa de seguridad de las fronteras y el Nilo para tenerlo vigilado.
Etiopía y Eritrea ven con mucho cuidado el conflicto este, tienen miedo de un efecto dominó en el Cuerno de África.
Estados Unidos y la Unión Europea, por otro lado, andan dudando entre sanciones y unos llamados diplomáticos que como que no sirven de nada.
La pelea por Sudán no solo es una cuestión interna, es como un juego geopolítico por el oro, el Mar Rojo y la influencia en África Oriental.
VIII. Humanidad hecha pedazos
Viajar por Sudán hoy día es como andar por un tablero lleno de sombras.
En los campamentos de desplazados de Chad y Sudán del Sur, miles de mujeres cocinan hojas y raíces para dar de comer a sus hijos. Las caravanas humanitarias las roban antes de que lleguen.
El hospital de El Fasher, en Darfur Norte, opera sin anestesia, ni tampoco antibióticos.
Cada día, unos 1500 niños cruzan la frontera buscando un lugar seguro, eso dice UNICEF.
Aquí tienes la modificación:
Pero, aun así, el mundo parece mirar para otro lugar.
Periodistas locales, ¡muchos desconocidos!, arriesgan la vida para relatar lo que pasa. Musa Ibrahim, fotógrafo de Darfur, quien documenta fosas comunes con su celular, relata, “es como si cada mina de oro tuviese un precio en sangre”.
IX. Mirada al futuro
La ONU, la Unión Africana y el IGAD han tratado mediar, pero los pactos de alto el fuego duran apenas unos días. Ningún grupo parece querer dejar el control de las rutas mineras.
Entretanto, la población civil continúa sufriendo el coste de una guerra, que no escogieron.
Si la historia reciente nos enseña algo, es que la paz en Sudán solo se logrará, si se toca la base económica y étnica del conflicto, y no solamente su capa militar superficial. El país precisa un proceso de reconstrucción que retorne la dignidad a sus gentes y que controle el saqueo de sus recursos.
X. Conclusión: Sudán, un reflejo del mundo
Sudán no se encuentra solo en esto.
Es un claro espejo de un modelo donde la vasta riqueza natural se vuelve una condena, y donde las viejas fronteras coloniales siguen marcando el rumbo de millones.
El oro extraído de Darfur resplandece en los mercados globales, aunque en su propia esencia aún se percibe el olor de la pólvora, y el polvo de los pueblos en cenizas.
Si todavía, en algún lugar del mundo, sobreviven testigos, que entiendan esto bien: Sudán no perece por carencia de recursos, sino por el insaciable apetito con que otros los ansían.
Referencias
African Development Bank AFDB, Sudan Country Report 20242025.
Chatham House, Gold, War and Power in Sudan, 2024.
Human Rights Watch, They Burned Our Villages Again, 2025.
Amnistía Internacional, Sudan New Wave of Ethnic Killings in Darfur, 2025.
Naciones Unidas OCHA, ACNUR, UNICEF, Sudan Humanitarian Update, 20242025.
CEOBS, Environmental Consequences of the Sudan Conflict, 2024.
La entrada Regreso a Sudán se publicó en Prensa Mercosur – Imprensa Mercosul El diario online del MERCOSUR.